Que sea

A mis padres que les devo mi existencia
A mis hermanas que me ponen en orden
A Martincito que me prestó su esencia
A la música y a la literatura que nada esconden

Al Santo fútbol que a las masas atrae
Y no al tabaco y al pucho
que en el vício mi viejo cae
A la música portátil, a los CD's truchos
Y a los muchos amigos que por el Gran Azul tengo y hay

Al arte y mis animales
Que tanto en mi vida son
Aquellos seres banales
Que quiero de corazón

Le deseo al Futuro
que después de aquel Muro
tan incierto quedó
proteja a todo lo que amo
que sea bueno, sea sano

Para mi Cachimba

Para mi Cachimba
Mi musa, mi inspiración
Espero que este poema acabe
Con tu descontentación
Flor de La sierra
Nacida en los Algarves
Por mucho que lo hables
Tu origen no es argentino

Fuiste criada en los montes
En El medio de bovinos
Apenas de ellos recuerdo
Un acierto de cuentas
Vinos, juego, cartas
Y un frío que te cagas

Para mi cachimba
Flor da serra
Nascida nos algarves
Tierra firme
Mi dulce perra.
Botas blancas, verdes ojos
Proporciones grandes

Que no es argentina
Por mucho que hable
Apenas duerme
Hasta El final de La tarde
Sueña Cachimba con miedo, celos y codizia
Algun dia llegará a ser lo que siempre fue
Que a La noche avisa
El ruído del nada, del que (?)

Para mi Cachimba, Mi dulce Peluquera
Flor de La sierra
Mi dulce perra
No le tengas miedo al futuro
Hay gente que vive sin un puto duro
Duerme tranquila
Flor de La sierra algarvía.

Tan Joven y Tan Viejo

Lo primero que quise fue marcharme bien lejos;
en el álbum de cromos de la resignación
pegábamos los niños que odiaban los espejos
guantes de Rita Hayworth, calles de Nueva York.

Apenas vi que un ojo me guiñaba la vida
le pedí que a su antojo dispusiera de mí,
ella me dió las llaves de la ciudad prohibida
yo, todo lo que tengo, que es nada, se lo dí.

Así crecí volando y volé tan deprisa
que hasta mi propia sombra de vista me perdió,
para borrar mis huellas destrocé mi camisa,
confundí con estrellas las luces de neón.

Hice trampas al póker, defraudé a mis amigos,
sobre el banco de un parque dormí como un lirón;
por decir lo que pienso sin pensar lo que digo
más de un beso me dieron (y más de un bofetón).

Lo que sé del olvido lo aprendí de la luna,
lo que sé del pecado lo tuve que buscar
como un ladrón debajo de la falda de alguna
de cuyo nombre ahora no me quiero acordar.

Así que, de momento, nada de adiós muchachos,
me duermo en los entierros de mi generación;
cada noche me invento, todavía me emborracho;
tan joven y tan viejo, like a rolling stone.

Joquin Sabina

DIZIMAS INFINITAS no PERIÓDICAS

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